Hoy se suicidó Willy McKey, había admitido por RRSS que había abusado de una menor de edad hace algunos años, lo que desató una ola de declaraciones, recriminaciones, en una sola palabra: odio.
Hubo dos denuncias previas de otros casos también en redes, hubo dos más hoy, pero ninguna causó un movimiento tan intenso como esta. Supongo que se debe a la exposición mediática previa de McKey, y porque optó por usar las mismas redes para hacer un mea culpa teñido de melodrama. Y en realidad hubiera podido hacer lo que quisiera, y no debería haber sucedido lo que sucedió.
Y lo que pasó es que hubo un linchamiento digital, fue un todos contra una persona sin derecho a la defensa, aunque se haya declarado culpable en RRSS. Y quiero dejar muy claro: McKey aceptó y debía pagar por lo hecho, pero no en redes. ¿Por qué? Porque las redes sociales son un medio de comunicación, no son un tribunal, no hay jueces, leyes, procedimientos estandarizados, abogados defensores ni testigos de lados y lado; es decir, las redes no son un sistema de justicia.
Cuando un grupo de personas toma la justicia en sus manos y hace daño a quien piensa que ha delinquido, se llama linchamiento (linchar, De Ch. Lynch, juez de Virginia en el siglo XVIII. 1. tr. Ejecutar sin proceso y tumultuariamente a un sospechoso o a un reo. RAE). ¿Cuál es la diferencia entre tirar piedras a quien pensamos que es un delincuente en físico y hacerlo por las redes?
Las instituciones están en las sociedades humanas justamente para evitar este tipo de acciones, para garantizar que pague quien realmente debe hacerlo y que lo haga en proporción a la gravedad del delito cometido, para eso se hacen leyes. ¿No se aplican las leyes? El desinstitucionalización de sistemas básicos para la sociedad como el de justicia es uno de los desencadenantes del regreso a la barbarie. Cito a Carlos Valverde (El derecho contra la barbarie: una aproximación desde el poema “El viaje” de Charles Baudelaire):
"Por tanto, el Derecho en general y los juicios en particular cumplen un rol de prevención, control y sanción del horror, sin que por ello logre erradicarlas del ser humano, debido a que nuestra naturaleza, expuesta al tedio o aburrimiento, buscará escapar mediante acciones reprochables."
El proceso de desinstitucionalización del sistema de aplicación de justicia puede convertir un mecanismo que ya de por sí es vejatorio una segunda vez para la víctima, que es la denuncia y obtención de datos y pruebas, en un verdadero clavario. Y al final termina siendo más "eficiente" hacer la denuncia por redes que someterse nuevamente a ese sufrimiento.
Pero es importante que las víctimas entiendan que deben hacer la denuncia en los organismos correspondientes, y seguir los canales establecidos en las leyes. También deben saber que hay diversas instancias a las que puede referirse de no encontrar la respuesta que busca.
Ahora, supongamos que se presenta otro caso y la persona a quien se acusa es inocente, ¿tendrá derecho a la defensa y a la restitución de su honra y su imagen pública? ¿Quién compensa el sufrimiento al que fue sometida su familia? ¿Quién determina si es inocente?
La emocionalidad desbordada a la que las RRSS suelen echar mano, ese sistema límbico trabajando a toda velocidad, bloquea esa capacidad racional que nos puede decir: "espera, debe haber un proceso para esto, y si no lo hay, debe haber alguna otra manera inteligente de lograr que suceda algo". Y ese algo no puede ser un tumulto vociferando y acusando. Lo que nos separa del resto de los animales es justamente nuestra capacidad para pensar racionalmente.
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Otra aclaratoria: las decisiones de un suicida son personales personalísimas. Aquí el tema es la reacción de los usuarios de las redes sociales ante el hecho, no si las redes tuvieron que ver con su decisión, porque es absurdo pensar en una pregunta que no tiene solución.
¿De toda esta desgracia qué queda para enseñarle a nuestros chicos?
a) Chicos: a las chicas se les respeta en todo sentido.
b) Chicas, los depredadores existen, hay que estar pendientes; y si por desgracia te encuentras con alguno, no dudes en contarlo.
c) Es muy importante entender que las instituciones (las más cercanas a los jóvenes: la familia y la escuela) funcionan y están para ayudarlos en caso de necesitarlo.
d) La mayoría de los seres humanos no son acosadores o violadores, hay que saber reconocer señales pero sin vivir paranoicas con el tema, los príncipes azules no existen pero sí muchos hombres maravillosos con los que vale la pena compartir el camino de la vida.